J A M A S !
De Sonny Falú
(MENCION HONORIFICA -tercer lugar- CAMPEONATO MUNDIAL DEL CUENTO 2009)
“Yo no lo puedo creer. Mi nena preña.
Esto le puede pasar a cualquiera pero no a mi.”
Cambucha, dueña del punto de drogas de la barriada Tirabuzones,
comentaba con Brenda su vecina y amiga de ‘toda la vida’ mientras velaba desde
su balcón el cambio de turno de los tiradores que tenia trabajando. Su hija de quince años, Karen, la regalona de
la casa, le había dado anoche, por teléfono, la noticia de sus dos meses y
medio de embarazo. Karen que estaba pasando unas semanas de vacaciones en
Corozal en casa de su abuela, había aprovechado la distancia para darle la
noticia y que se le pasara lo peor de la rabia para cuando regresara. Si es que
podía regresar. Cambucha no había pegado
los ojos en toda la noche: Una puercá así, a ella. A ella que tenia varios muertos a cuestas y
ninguno se los habían podido achacar. A
ella que le metía una pescozá al mas grande y al mas guapo. A ella
que los ‘bichotes’ de todos los puntos de alrededor la respetaban. A ella…un pendejito le preñó su nena. Su nena de cuatro puntos. La que siempre ha estudiado en colegio
privado con la esperanza de que mañana fuera ‘alguien’. El ‘disco rayao’ daba vueltas y vueltas aun
en su cabeza. “Al desgraciao que lo hizo
lo mato como a un perro. Me le ha chavao
la vida a la muchacha. Ahora hay que
sacarla del colegio.”
Brenda, muy cooperadora, buscando dar luz a su amiga, que no quitaba la
vista de la movida en el punto, dijo: “No
hay problema, manda a que pongan a dormir al tipo pa’ que no se lamba. Y a Karen…a Karen, le haces un aborto y
muerto el pollo.”
Quitando la vista del punto por primera vez y asombrada por la
sugerencia de su amiga, de quien ella pensaba le conocía mejor, dijo con
indignada resolución:
“ ¿Un aborto?, Eso jamás. Yo soy
muy Católica.”
“Yo no lo puedo creer. Mi nena preña.
Esto le puede pasar a cualquiera pero no a mi.”
Cambucha, dueña del punto de drogas de la barriada Tirabuzones,
comentaba con Brenda su vecina y amiga de ‘toda la vida’ mientras velaba desde
su balcón el cambio de turno de los tiradores que tenia trabajando. Su hija de quince años, Karen, la regalona de
la casa, le había dado anoche, por teléfono, la noticia de sus dos meses y
medio de embarazo. Karen que estaba pasando unas semanas de vacaciones en
Corozal en casa de su abuela, había aprovechado la distancia para darle la
noticia y que se le pasara lo peor de la rabia para cuando regresara. Si es que
podía regresar. Cambucha no había pegado
los ojos en toda la noche: Una puercá así, a ella. A ella que tenia varios muertos a cuestas y
ninguno se los habían podido achacar. A
ella que le metía una pescozá al mas grande y al mas guapo. A ella
que los ‘bichotes’ de todos los puntos de alrededor la respetaban. A ella…un pendejito le preñó su nena. Su nena de cuatro puntos. La que siempre ha estudiado en colegio
privado con la esperanza de que mañana fuera ‘alguien’. El ‘disco rayao’ daba vueltas y vueltas aun
en su cabeza. “Al desgraciao que lo hizo
lo mato como a un perro. Me le ha chavao
la vida a la muchacha. Ahora hay que
sacarla del colegio.”
Brenda, muy cooperadora, buscando dar luz a su amiga, que no quitaba la
vista de la movida en el punto, dijo: “No
hay problema, manda a que pongan a dormir al tipo pa’ que no se lamba. Y a Karen…a Karen, le haces un aborto y
muerto el pollo.”
Quitando la vista del punto por primera vez y asombrada por la
sugerencia de su amiga, de quien ella pensaba le conocía mejor, dijo con
indignada resolución:
“ ¿Un aborto?, Eso jamás. Yo soy
muy Católica.”